El café y otras calificaciones

Este café no está helado.
Está a un mundo de estar helado.
Un mundo de trasiegos que nos consumen.
Un mundo de exasperaciones y otros nervios.
Un mundo intimidante "honoris causa".
Un mundo irritado al por menor.
Un mundo préterito y actual y de mañana.
Un mundo libre bajo tu coacción.
Un mundo, mundo, cada vez más municipio.
Un mundo grito, no susurro.
Un mundo antagónico, sujeto a previsiones.

Entre ese mundo y yo hay todo un café
que está a un mundo de estar helado.

Distancias (I)

"Distancias.
En la vida hay distancias."
Juan José Domenchina.


Empezamos a confundir.

A homogeneizar lo heterogéneo.
A escribir en letra pequeña
lo que fueron titulares.

A cruzar la imperceptible frontera
del buen hacer.

A acercar distancias,
a no mantener distancias,
a distanciarnos de las distancias.

A valorarnos sin todos los criterios,
a jugar al comité tripartito.

Empezamos a confundir,
profano riesgo,
de terminar confusos.

Empezamos a confundir,
primer aviso,
para no caer en los errores de
siempre,
siempre,
siempre.

París

París,

mientras Maurice

ralentiza su ritmo de vida

y se promete no volver

al Pigalle.

Vos sabés, vos lo sabés…

París,

mientras Leon

no expone en Montparnasse

y se quema

en la medianoche.

Vos sabés, vos lo sabés…

París,

mientras Jacques

explica a su hijo

que así lucharon los franceses

en la Revolución.

Vos sabés, vos lo sabés…

París,

mientras Sebastièn

pilla en el Barrio Latino

lo que le da juego

hasta la madrugada.

Vos sabés, vos lo sabés…

Sabés que Maurice volverá

al Pigalle.

Sabés que Leon no expondrá

en Montparnasse.

Sabés que le petit Jacques nunca sabrá

cómo lucharon los franceses.

Sabés que Sebastièn no llegará

a la madrugada.

Lo sabés, pero no lo decís

parce que

París, mon coeur, est París, ciel.