domingo, 31 de octubre de 2010

Tiroteo.

En Garret Drive mil sombras y paraguas.

¡Han tiroteado a Donovan!
¡Lo han matado!

El detective Green mordisquea su lápiz
y anota en su libreta los intrascendentales detalles
que considera fundamentales
para la resolución del caso.


Yace el cuerpo en un mar de sangre,
seis disparos han conseguido impactar en la víctima
y varios casquillos más permanecen empotrados
en una pared cercana a la espera
de ser descubiertos.

En Garret Drive mil sombras y paraguas
y ahora la prensa.

Green ordena reforzar la barrera policial
ante la insistencia de curiosos
y los perros de presa en búsqueda
de páginas sensacionalistas.

¡Han tiroteado a Donovan!
¡Lo han matado!

Donovan era un hombre rico.
Su viuda todavía no lo llora.
Está en Europa y desconoce la noticia.

Ya hay tres docenas de sospechosos.
Tenía demasiados enemigos.

En Garret Drive era un secreto a voces:
los hermanos Harrington andaban tras él.

Mil sombras y paraguas.

Y nadie le dirá una palabra al detective Green
sobre ese asunto.
Mientras, él se afana en anotar que el tendero
parecía nervioso en aquellos momentos.
Quien sabe si podría ser determinante
en la resolución de tan relevante crimen.

sábado, 30 de octubre de 2010

Instante valiente.

Es de estos instantes valientes
en que sales a la calle
y te pegas una hostia
como jamás habías imaginado.

Discurre un final de octubre
convulso, tumultuoso y otoñal.
Tú eres solo un fungible ego más
en el zigurat de las pasiones efímeras.

Ahora, siéntate.
¡Siéntate!
(Es como si la cabaña del Farmer
y el niño Stanton
se materializasen a tu alrededor).

Te sientas, y sobre tu pecho
meces un árbol de hojas caducas.

Tú solo has salido a la calle,
en la mañana,
solo a la calle...

Y en el devenir fugaz del tráfico
lo ves,
la ves,
no entienden de género las estrellas.

Ella brilla. Él brilla.

Solo has salido a la calle
y solo el brillo dura un instante.

Un instante valiente
que declara la amnistía
al desapego, las heridas de muerte
y los golpes aderezados con cicatrices.

El tráfico continúa,
el relámpago desaparece.
Nada brilla para siempre.
Nadie brilla por siempre.

Solo has salido a la calle,
sin malas intenciones.
Tan valiente
que te has pegado una hostia
como jamás habías imaginado.

jueves, 28 de octubre de 2010

Abandono.

Tengo esto abandonado.
Hoy me paso,
aunque solo sea para barrer.

lunes, 18 de octubre de 2010

Ella.

Hace poco menos de un año escribí una serie de sonetos relacionados con el eterno e insufrible tema del amor. Por aquel entonces, uno padeció como, alrededor suyo, todos y cada uno de compañeros, amigos y viajantes varios, se enamoraban perdidamente con mejor o peor desenlace. Al final, éste, que también tiene corazón, acabó siendo víctima de tan corriente contagio.

Hoy, he recibido un mensaje de una de las partes implicadas en uno de estos sonetos. Muy lejos de mi blog, estaba reordenando sus archivos personales y ha encontrado este soneto, el número dos de la lista original, con el título de ella:

Ella es ese beso que nunca diste.
Para mí una forma de pelearnos.
Ella te ignora, te ataca, te embiste.
Yo niego el romanticismo del Arno.

Ella huele a Dior y Dolce and Gabbana.
Para mí este juego ya terminó.
Ella cuando no hay ella te desgana.
Yo te consuelo cuando no soy yo.

Ella no ha bailado contigo el vals,
ella no te ha enseñado la trastienda,
ella no quiere colgarte medallas.

Yo ya me retiro, punto y final,
del amor de sobre no hay quien entienda,
esta absurda contienda me avasalla.

13-11-09

Los sentimientos y finales felices ya los ponen ustedes.

domingo, 17 de octubre de 2010

Impasse

Esta dejadez
es un efecto secundario
del otoño.

jueves, 7 de octubre de 2010

Cuando ganan los malos



"Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena".

A veces, ganan los malos.