martes, 14 de julio de 2009

Entenderse

"Tu poema" y "Jacko" son conceptos
que caben ambos en la misma vitrina
en estos días ásperos de julio.

Promocionar la abstracción en siluetas
o despegar un ápice tus pies del suelo
sería caer en lo común
(error que te reintegraría
en esa masa indiferenciada
de la que tanto te costó salir).

El pragmatismo tampoco te apasiona en demasía,
eso sí, es lo menos escabroso y lo más directo
considerando los tiempos que corren.

Si la liturgia y el protocolo te atraparán,
se sabrá en breve.
Otra cosa será adivinarte en la distancia
del tiempo.

Claro que, seguramente, yo hablo
y tú no entiendes nada,
al igual que esas otras tantas veces
en que yo hablo
y tú no entiendes nada.
O como en las ocasiones
en que tú hablas
y yo hago como que sí, que bueno,
que lo comprendo casi todo.

Sin prisas,
que todo cobrará sentido
ese día en que te explique
qué es exactamente "Tu poema"
y hacia donde va Jacko.
Entonces,
y solo entonces,
se romperá esa magia de no entendernos.



sábado, 4 de julio de 2009

Esas grandes derrotas

Esas grandes derrotas
que usted y yo sufrimos
son de lo mejor.
De verdad.

Lo digo, porque,
tras esas grandes derrotas
que usted y yo sufrimos,
vienen nuestros diminutos triunfos
en forma y materia indeterminada.

Esas grandes derrotas
tampoco tienen por que ser
grandes derrotas.
Puede ser un día a contrapié
o una noche que no ibas a salir
o un sueldo que no acaba de llegar.

Nuestros diminutos triunfos, por igual,
tampoco son tan diminutos.
Puede ser un golpe de suerte
que te arregle el día,
o que al final salgas y conozcas a alguien
(de los que de verdad vale la pena conocer,
no de los otros),
o que el sueldo llegue cuando menos lo esperas.

El caso es que amo mis derrotas
tanto como usted ama las suyas.
Y despojarse de algo tan indestructible
como ese fracaso constructivo
sería un ingrato error.