jueves, 2 de junio de 2011

Letra capital.

Yo, de mayor,

quiero ser letra capital

de los libros absurdos

que no cuentan nada.

Abrir capítulo de cualquier manera

y sumergir al lector

en intrigas, amores o falsas moralejas,

en personajes con aires de grandeza

o con oscuros e inquietantes pasados.

No saber muy bien por qué le dispararon

en el tercer párrafo

o describir cómo el paso de tiempo

agota los instintos.

Porque ser letra capital

de un gran clásico del siglo XX,

de un informe de cuentas

o de una aburrida memoria,

relatar de forma minuciosa y exhaustiva

hechos, derechos y deberes,

asientos, invitaciones y disculpas

queda lejos de mis infinitas ambiciones.

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