sábado, 1 de noviembre de 2008

Cuentas pendientes

Hace poco me reprochaba Palazón que los poemas que iba dejando caer por aquí no tenían rima y eran bastante fáciles de hacer. La verdad, llevaba razón. Son ataques de cinco minutos de ira que vienen, se publican y ahí quedan, dando fe de lo que ha sido una noche.
Pero hoy me he puesto a ordenar mi cajón de sastre que está lleno de textos que a lo largo de más de 3 años se han ido amontonando y colocando en un impreciso orden alfabético o de llegada. Y no he podido contener alguna grata sonrisa al leer cosas que ni me acordaba que estaban ahí, y, de repente, me ha venido a la cabeza el reproche de Palazón. Así que voy a dejar un soneto, de un 3 de diciembre de 2007:


Póngame un soneto, por favor,

Que no me da para más la propina,

Barato, no de Tirso de Molina,

Sino de esos que te dejan sin sabor.


Póngame un milagro en consonante,

Que anoche se me fue la inspiración

A consecuencia de la quemazón

Provocada por algún que otro cantante.


Róbeme la rutina, camarero,

Que de ser un espectro me he cansado,

Que, por ser un don nadie, yo me muero.


Póngame unas rimas sobre el estrado

Que quiero demostrar a esos austeros

La vergüenza, la manzana, su pecado.


No hay comentarios: