[A Dani y a toda esa familia que no sólo nos acogió, sino que nos soportó rapear.]
México, a tres segundos de distancia
de una nube de mi mente.
México, embriagadora fragancia,
es una tierra tan diferente...
México, donde los ángeles
ocupan plazas.
México, no entras en sus cárceles
si tienes pesos para la fianza.
México a treinta grados,
sobran las chamarras.
México con su tráfico colapsado
de peceras, de bochitos y otras bainas.
México, drama de paracaidistas
en las afueras.
México contra los gringos racistas
y contra sus fronteras.
México, con sus tíos Güicho
llenos de simpatía.
México con sus monarcas, malditos bichos
que nos hicieron perder un día.
México, sus Memo y algún Champion
que se cambia la camisa.
México, tírale, Ivano,
que en Yecla, el carnet es la risa.
México y Lucca, México y Arantza,
México y Daniela.
México y Charito, México y Fernanda,
México y Ximena.
Y cuando pienso en volver a México
con toda la bola de chamacones,
melancólico, me vuelvo disléxico
al gritar: “¡Viva México, cabrones!”
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