Te has columpiado a una distancia indecente
durante meses cálidos o baldíos.
Otros se han columpiado esta misma noche
en un homenaje a la luna llena.
Te has atrevido a arrancarme cada insólito
hálito de sentimiento que encontrabas.
Otros me dan motivos para cantar
celebrando encantos y pedanías.
Te has pasado más de un pelo
llamándome en imposibles madrugadas.
Otros prefieren madrugadas
menos complicadas, con pasta pero sin pasta.
Me has matado a sangre y luego, y luego quema,
cada instante digital al cuadrado.
Otros prefieren darme vidilla
hasta que decaiga por reiteración.
Y ahora, en el momento de elegir,
pues, no me decido.
Igual la ribera del Segura
me da singularidad.
Y ahora, en el momento de elegir,
sin estar seguro,
cojo un tren,
y mira,
cambio la ribera del Segura
por la primera estación de metro
que atisbo en Atocha,
nada más pisar Madrid.
martes, 3 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario