lunes, 3 de mayo de 2010

Cómodos

En los lugares donde normalmente se arregla el mundo, un buen amigo mío me suele advertir de que se huele una nueva guerra civil. Está el ambiente muy tenso. Y el tío ya tiene marcada hasta la ruta de exilio por si hay que salir corriendo. Noticias como ésta: http://www.antena3noticias.com/PortalA3N/sociedad/Cinco-policias-heridos-dos-detenidos-extrema-derecha-una-concentracion-republicana/10485949, no hacen sino darle la razón.

Sin embargo, yo defiendo otra tesis diametralmente opuesta. Es la tesis de la comodidad y del cabeza-turquismo. Son conceptualmente diferentes, pero van indefectiblemente unidas.


Comodidad, porque es innegable que vivimos cómodos. Sí, a pesar de lo que tenemos encima. Y sería un grave error admitir que no existe gente que va con el agua al cuello, aunque, de igual manera, nadie puede afirmarme que en España se viven hoy en día los mismos disturbios que en la Barcelona del 36 justo antes de estallar la guerra. Aquí, por suerte, nadie se está matando por un trozo de pan. Eso sí, el ciudadano medio se ha quedado sin vacaciones este verano, o esta Semana Santa, o las pasadas navidades.


Cabeza-turquismo, porque es deporte nacional en nuestro país. Desde siempre nos ha salido más barato culpar al tonto de turno que repartir responsabilidades a partes iguales. Porque claro, para un partido político es más fácil tirarle la mierda a Zapatero o a Valcárcel (en esto todos somos víctimas y victimarios), que decirle a sus votantes que son tontos de base por hipotecarse triplemente (casa, coche y vacaciones) con un sueldo de 900 € pensando que todo es alegría y jolgorio. Y el ciudadano de a pie ni tan contento de tener alguien contra quien descargar su ira y frustración en bares y tertulias variadas. Pero es más, el cabeza-turquismo hace euforia y alcanza a cualquier límite que nos imaginemos: que pierde nuestro equipo, el árbitro, que secuestran un buque en alta mar, ha de ir a su rescate el gobierno, que asesinan a un menor, hay que subir las penas hasta la cadena perpetua si hace falta…


Imposible así llegar a las manos cuando nos hemos convertido en filósofos de mando a distancia y salón. Presumiblemente, pasará lo que quiera que esté pasando y llegará otro ciclo económico en el que muchos habrán olvidado lo que debiéramos de estar aprendiendo.

1 comentario:

Yuniiki dijo...

el primer comodo eres tú!