lunes, 10 de mayo de 2010

Rey

Ahora que legislan Antena 3 y Telecinco a partes iguales a todos nos es más cómodo opinar, porque no tenemos necesidad de pensar durante unos minutos sobre qué hablar, sino simplemente sentarnos, encender el televisor y sumarnos al carro.

Somos así. Algo no debe ir muy bien en España cuando hace falta que al rey le dé un patatús para que el debate salte a la calle. Y claro, como todo debate nacido a la sombra del oportunismo, éste no iba a ser menos y se queda en lo superficial y en lo panfletario.

No se trata de Monarquía o República. Al menos no todo debe girar sobre eso. Se trata sobre el modelo de Estado en general. Sobre una reforma constitucional que cada vez es más urgente. Sobre un debate serio de hacia dónde vamos (porque bien sabemos de donde venimos) con el Estado de las Autonomías. Sobre la ineficacia del Senado como cámara de representación territorial. Sobre la necesidad de una reforma de la ley electoral. Sobre la deficitaria gestión de las administraciones por falta de interés político. Sobre los fallos que se están cometiendo en el ámbito del poder judicial. Y, como colofón, pero solo una vez hayamos solucionado los acuciantes problemas previos, sobre si en España somos más de Borbones o de democracia.

Atrás debe quedar el papel político que cada cual jugó en la Transición. Ese fue el primer paso hacia una verdadera democracia. Que las concesiones que, por el 78 se hicieron, sean un lastre, más de 30 años después, para el Estado social y de Derecho que la Constitución declaraba, son un síntoma grave de que, como dijo Quino, en este país, "los viejos miran al futuro con los ojos de la nuca". Mal vamos si no estamos preparados para dar un segundo paso.

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