sábado, 25 de septiembre de 2010

Otoño

Llevo escasos veinte otoños
sobre mis hombros
y solo puedo recordar
los últimos tres o cuatro
con aceptable exactitud.

El de este año concurre
lleno de desafiantes jóvenes
al inicio del curso
que esperan comerse
el mundo en breves años.

Es cruel,
porque nadie les garantiza
que seguirán vivos (o coleando)
en los próximos instantes,
cuando la guerra nuclear estalle
o una decisión a dedo de sus mayores
aniquile al setenta por ciento
de la población mundial.

No recuerdo un otoño
más jodido que este.

Nada,
excepto el pesimismo,
es alentador.

Pero estoy relajado.
Por suerte,
no sé sobre momentos difíciles,
y esto,
probablemente,
solo sea una ilusión óptica.

O las hojas que caen
antes de la primavera.

1 comentario:

alejandra dijo...

Nada dura lo suficiente... ni los veine años, ni las ojas, ni las decisiones... el mundo es efímero, como nuestras miradas