martes, 17 de febrero de 2009

Ponerse al día

Verá: arrasar contratos es deporte nacional. Cayó el muro de Berlín cuando no habíamos nacido y, simplemente por eso, nos creemos hijos del capitalismo. El surrealismo barrió en los años treinta, le debemos media vida a la gente que nos rodea y nos gusta pensar en multitudes abatidas.

La filosofía es una gilipollez cuando proviene de boca de gente que gana más de mil euros mensuales. El alcohol, el dinero, nos hace valientes. El alcohol, el dinero, nos hace unos verdaderos prepotentes. Difícil encontrar encontrar el punto de equilibrio en el que el alcohol y el dinero nos haga valientes y razonables ante la prepotencia de los que tienen más alcohol y más dinero que nosotros.

Entre todos estamos arruinando al tendero de la esquina. Por eso es más fácil evadirse, recordar magenta la nieve de Murcia, los patos en Carcassone riendo por los alcantarillados, la niebla en La Moraleja cuando lloran las cenizas.

Somos estúpidos si nos sumimos en la realidad. Una retirada a tiempo es la mejor receta para estos días. Y verá el mundo en expansión, aquello no es una señora llorando en un cajero: es un Médici en el renacimiento de los acústicos cauces del oro americano.

No hay comentarios: